viernes, 14 de febrero de 2014

Simulacros

Una entrada no exenta de una gran dosis de vanidad.

El pasado domingo me encontré con mi profesor de guitarra... con el responsable de que siga estudiando, en lugar de haberme dado a la Fisiología Vegetal...

Me preguntó que qué tal me iba, y que qué tal el trabajo (qué tal las escuelas, o más concretamente dónde estás)...

Y acabé contándole que ahora estoy más tranquilo, con menos horas de trabajo, después de haber estado una temporada "impartiendo" 35 horas semanales de clase...

Mi pobre maestro quedó aterrorizado... y creo que sé muy bien por qué...

Pero, a pesar de todo, incluso esos meses de pasarme 14 horas fuera de casa, he seguido tocando, a costa de dormir 6 horas, y de madrugar los fines de semana...

Hoy por ejemplo, que es viernes, y la semana ya pesa, y que no tengo ningún compromiso a la vista, me he relajado, y no me he levantado hasta las 7:30h... motivo por el cual sólo he sido capaz de robarle una hora a la rutina de la mañana, para estudiar...

Y pensando en estas cosas, he decidido hacer algo por tranquilizar a mi "padre guitarrístico"... sé que no soy el descendiente más capaz, pero me atrevo a molestarle con estos asuntos porque uno, como todo humano, también necesita sentirse parte de cierta comunidad, y el aprecio de sus mayores, no sólo por su persona, sino por su manejo... por eso he dedicado mi horilla, a calentar y a grabar unas piezas (de Fuenllana, Da Milano, Mudarra y Lorenzino) que toqué en concierto el día antes de encontrame con mi profe:







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